jueves, 12 de diciembre de 2013

Repensando el Manifiesto Abla 2010


Hace unas semanas nos desplazamos a Abla, invitados por Maite Martinez Lao y la gente del Living Lab de Abla, con motivo de la VI Conferencia de Espacios Sociales de Innovación.

Cuando alguien está plenamente convencido de algo, es capaz de defender esas ideas hasta puntos inimaginables. Y eso es lo que hace la gente de Abla con el Manifiesto que parimos entre unos cuantos frikis hace ya 3 años.

Por ese motivo, en mitad de ese evento metieron una mesa para debatir sobre el Manifiesto Abla a la que nos invitaron como ponentes (aunque en el formato final no hay ponentes ni nada parecido).

Tan convencidos están que, bajo la excusa de redefinir el Manifiesto Abla, juntaron en ese pueblo singular a gente como Alberto Ortiz de Zarate, Manuel Bayona, Jose Luis Gutierrez, Mariano Hernan, Rosa Mª Nieto, Miguel Ángel Manyez, Juany Olvera, Paco Fernadez, Carlos F. Oropesa y otros muchos más. Para nosotros fue un placer y todo un honor participar.

Hablamos, debatimos e hicimos nuestras propuestas que se han incluido, como no podía ser de otro modo, en este documento compartido y público para que cualquiera pueda participar en decidir cuál es la estrategia a seguir para llevar el espíritu del Manifiesto más allá del papel.

Nosotros lo tenemos claro, propusimos crear un COMPROMISO para que cualquiera pueda suscribirlo individualmente asumiendo los principios del Manifiesto y para poder llegar más allá, propusimos alojar dicho compromiso en alguna de las webs de recogida de firmas como Change.org para transformar dicho compromiso en una especie de Iniciativa Legislativa Popular para poder llevarla a instituciones como ayuntamientos o parlamentos (el andaluz el primero), a partidos políticos (o sus fundaciones) y otras instituciones. Nuestra propuesta consiste en diseminar los principios del manifiesto a toda la opinión pública pero, fundamentalmente, allí donde se toman decisiones.

Pero como nuestra opinión no es la única ni es infalible, os animamos a todos a participar en el documento para que hagáis vuestra particular aportación.


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martes, 10 de diciembre de 2013

Donde no hay sangre, no hay morcilla


Cada vez son más las enfermeras que se mojan y aportan sus reflexiones en esto que se supone que es la Blogosfera Enfermera, tanto que cuesta seguir todas las publicaciones y estar presente en todos los debates que se generan.

Aunque es prácticamente imposible seguir las publicaciones de los 49 blogs enfermeros que Wikisanidad tiene censados (además de los no enfermeros que cada vez son más ;)), es indiscutible que de un tiempo a esta parte ha aumentado el nivel, la cantidad y la calidad de las conversaciones.

¡Tranquilos, no vamos a hacer ningún decálogo ni nada parecido. Los que nos leen saben que no nos gustan!

Algunos posts, fundamentalmente de aquellos que llevan más tiempo en ésto y saben tocar las teclas correctas, se mantienen vivos durante semanas generando decenas de comentarios que terminan derivando en documentos de edición compartida, análisis DAFOs y iniciativas colaborativas.

En todas ellas participamos de una u otra forma llevados por una emoción especial. Por la autogenerada sensación de que las entrañas de la profesión está en carne viva y que algo se está moviendo.

Pero como hemos dicho otras veces, la realidad se muestra tozuda y nos hace, con mucha frecuencia, quizás menos de la deseada, bajarnos de la nube en la que nos montamos cuando nos juntamos virtualmente unos cuantos "apasionados".

Después de disfrutar con interés de la conferencia que Juan F. Hernández Yañez dió a estudiantes de grado, de leer con fruición, y no menos interés, el debate que había generado el post: "las peleicas" entre médicas y enfermeros" (el inigualable Serafín juega hasta con los sexos) y sus 96 comentarios sobre algo más frecuente de lo que muchos creen, o de ver como la gente se moja en una iniciativa como #cuidadosybits, va uno, levanta una sábana para valorar a un paciente recién ingresado y se encuentra esto:


¿Cómo podemos hablar de liderazgo, de gestión, de evidencias, de cargas, de otras mil cosas si lo más mundano, lo más normal de nuestro trabajo no lo hacemos bien? ¿Cómo podemos seguir debatiendo sobre el Sexo de los Ángeles a la vez que no hacemos las cosas bien?

A partir de aquí se amontonan las preguntas... ¿Está el grueso de la profesión preparado para lo que nosotros creemos que está? ¿Quiere el grueso de la profesión ser otra cosa diferente de lo que es? ¿Sirven para algo nuestras disquisiciones? ¿Entendemos todos lo mismo por enfermería? 

Quizás no haya respuestas. Quizás es qué en nuestra profesión y entre las enfermeras, como en muchas otras cosas, hay más de una velocidad. 

O quizás es qué, como nos dijo hace poco Antonio Oliva, alcalde de Abla, todo esto que hacemos no sirve para nada porque donde no hay sangre, no hay morcilla.


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