lunes, 27 de abril de 2015

Another day in Paradise


Aquellos que nos siguen, nos leen y, en alguna ocasión, nos escuchan en directo en los sitios donde nos invitan a hablar, saben que nuestro principal "mantra" es que no nos queda otra que mojarnos y tratar de cambiar las cosas que no funcionan bien. 

Eso que en su día Carlos denominó acertadamente #EnfermerActivismo.

A lo largo de los casi 5 años de existencia de este blog hemos ido mezclando pensamientos con muchas de las vicisitudes que hemos ido pasando en este empeño.

Proyectos que terminan en fracaso, convocatorias públicas que se anulan al participar nosotros, reuniones rocambolescas y un largo etcétera.

Es cierto que hace unos meses tuvimos un momento de desfallecimiento. Tratar de cambiar el sistema desde dentro no es sencillo. Pero solo fue eso... un pequeño desfallecimiento después de meses, años de esfuerzo para tratar de mover al titán que son las organizaciones sanitarias.

Afortunadamente no lo hicimos y seguimos a diario al pie del cañon tratando de hackear el sistema.

Y estar al pie del cañón, significa tratar de demostrar con nuestro trabajo diario (ahora desde la gestión de medio pelo) que las cosas se pueden hacer de otro modo. En ello ponemos mucho empeño y esfuerzo... de ahí el tremendo mosqueo de enero.

Pero también significa que, cada vez que tenemos oportunidad, intentamos poner a la organización y, sobre todo, a los que la manejan, en un brete. Tratamos de obligarla a cambiar el paso... a cambiar esa inercia perniciosa que nos lleva inexorablemente al "siempre se ha hecho así".

Por eso, cuando ayer leimos el tuit de Rogelio García, esbozamos una sonrisa. 



Es posible que en el momento que estés leyendo esta entrada, estemos defendiendo nuestro proyecto en un proceso selectivo para elegir un nuevo Jefe de Bloque de Apoyo a la Gestión de los Cuidados llevado con nocturnidad y en el más absoluto silencio por aquellos que pretender seguir haciendo las cosas como siempre se han hecho.

Y estaremos participando desde el convencimiento de que, aún perdiendo (que es lo más previsible dado como se cuecen las cosas en palacio) ,ya hemos ganado.

Porque como bien me dice Celia Rivera Capilla cada vez que tiene oportunidad, las organizaciones son personas y es a estas personas a las que hay que demostrarle a diario que las cosas se pueden y se deben hacer de otro modo.

PD: Las dos personas mencionadas en esta entrada, Rogelio y Celia, son esa nueva especie de directivos enfermeros (afortunadamente cada vez hay más) que nos permiten albergar la esperanza de un futuro mejor. 



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jueves, 9 de abril de 2015

Un tiro en el pie #NoesmiGuerra



Es muy posible que la mayoría de las enfermeras no tenga ni idea del tormentón que, en torno al desarrollo del decreto que regularía la prescripción enfermera, lleva algo más de una semana montado en la capital y en las redes sociales. Su principal preocupación siguen siendo los turnos, los días libres (y ahora el reparto de las vacaciones) y quejarse amargamente (en la mayoría de las ocasiones con un relevo de por medio o en ropa interior) de las decisiones que otros toman por ellas.

El sábado previo al Domingo de Ramos, de forma sorpresiva aunque seguro que muy calculada, la Organización Médica Colegial hizo una declaración oficial sobre el anuncio hecho tras el Consejo Interterritorial de que, antes de final de año,  el decreto que regulará la prescripción por parte de los enfermeros va a estar listo. Fue un comunicado totalmente desafortunado y fuera de tono donde decían que dejarnos prescribir supone un riesgo para la seguridad de los pacientes ¡Toma ya! (si no lo crees puedes leer la noticia de El Pais o al de Redacción Médica)

Aunque todo parecía indicar que era un mensaje dirigido a la parte más reaccionaria del colectivo médico, con la intención de templar gaitas antes de llegar a un acuerdo, la honorabilidad de todo el colectivo estaba afectada por el tono y el fondo del mensaje. 

Ante estas palabras, el Ministro vino a darle la razón a la OMC diciendo que no le va a dar luz verde al decreto.

Las aguas se arremolinaban en las redes sociales mientras el grueso del colectivo y el Consejo General de Enfermería se iban de vacaciones. Nosotros incluso propusimos volver a hacer un #TheCofiaDay... pero nos atemperamos.

La falta de una pronta respuesta de nuestros "insignes representantes" (y otrora compañeros de mesa y foto de los señores de la OMC) empezó a incomodar. Lógicamente fueron muchos los que si contestaron como Lola Montalvo en este post o  Esther Gorgón en su blog o esta otra compañera en este artículo. No solo enfermeras sino que también hubo mucho médico que desde su bitacora mostró cordura y su apoyo a legalizar algo que llevamos años haciendo las enfermeras, usar nuestros conocimientos científicos para cuidar lo mejor posible a los pacientes que atendemos con ellos. Este post de Rafa Olalde, éste de JM Salas o la defensa en Twitter de Vicente Baos son dignas de elogio.

Obviamente se sentían los tambores de guerra en medio de la Semana Santa y las conversaciones se sucedian en Twitter, en DMs y en Whatsapp.

Se hacia necesario poner algo de sentido a todo pero desde la ciencia, desde a demostración de que no somos un peligro sino todo lo contrario.

El asunto tuvo hasta su #MeMe



Sin embargo, todo lo que teníamos de "nuestros teóricos representantes" era silencio. Un silencio incómodo entre complice y pactado. La que mejor describe éstas malas sensaciones es Virginia Salinas aquíIncluso algún médico se atrevió a plantear dudas sobre si todo este follón no era más que una cortina de humo.

Pasaban los días y ninguna declaración. Ya está!!! No es que estén de vacaciones. Lo que están es preparando una declaración institucional cargada de datos, de informes y de gráficos que demostraría, sobre todo a los pacientes, que lejos de ser un peligro, las enfermeras llevamos años prescribiendo y que somos una parte imprescindible para el sostenimiento presente y, sobre todo, futuro del sistema sanitario.

Y llegó el día... luces, micrófonos, periodistas y  ¡Tachán! Nada de eso... tan solo un enorme ladrido. 

Nada de ya se prescribe en otros paises de Europa (como Francia o Reino Unido), ni siquiera que ya se medio-prescribe en Andalucia sin que ningún paciente andaluz haya muerto por ello. No, el tema se soluciona saliendo en los principales medios de comunicación llamando talibanes a los médicos en Prime Time, diciendo que rompemos relaciones con el interlocutor necesario y que los vamos a denunciar por difamarnos en un medio de tirada nacional.

Nada más. Para esto es para lo que da un enorme departamento de comunicación que cuesta miles de euros. Para salir tarde, mal, hacer el ridículo y tirarse (tirarnos) un tiro en el pie.

Para esto habría podrían haber salido directamente el día siguiente al comunicado del OMC y listo. Al final va a ser verdad que lo que estaban es de vacaciones.

Afortunadamente, como ha dicho hoy Javier Casas, compañero y médico (por ese orden), ésta no es mi guerra y pese a todas nuestras reclamaciones, los médicos no son mis enemigos pese a lo que pueda parecer.

Como solemos decir, la mayoría de las veces el verdadero enemigo está en casa.



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