miércoles, 9 de diciembre de 2015

En no comiendo voy sacando pa´los gastos


Hace unos meses, a invitación de una empresa, participamos junto a Miguel Angel Manyez, Carmen Ferrer, Estibaliz Gamboa y Pablo López Casanova, en una mesa debate en el XIX Congreso de Hospitales de la que incluso se hizo una web (en la que puedes ver el vídeo). La idea era que cada uno diera su visión desde su ámbito de responsabilidad: en mi caso el de un supervisor de cuidados.


En aquel momento tratamos de romper ciertos mitos para llegar a la conclusión de que, en general, y pese a las evidencias que hablan de que para ahorrar costes lo menos inteligente es comprar el apósito más barato1-3, lo más habitual es que los responsables de compras tiren de ese recurso, ya que es la única parte sobre la que tienen influencia en la fórmula que explica los costes de cualquier servicio sanitario.

Hace unos días, el amigo Manyez volvía sobre el tema al asistir como ponente a una Mesa de Expertos organizada por el GNEAUPP y volvía a poner el dedo en la llaga: gestionar recursos de forma eficiente no siempre es priorizar la parte económica. Puedes echarle un ojo a su presentación en esta entrada en su blog.

Pero esto, que hasta ahora pasaba especialmente con las heridas crónicas, fundamentalmente por el gran desconocimiento que los responsables de compras tienen sobre este problema, está empezando a ocurrir casi con cualquier fungible que se adquiere para prestar nuestros servicios: guantes de látex, catéteres intravenosos, apósitos, jeringas, pañales y un larguísimo etcétera.

Y puede darse el caso de que, tratando de ahorrar un céntimo por apósito para sujetar una sonda - lo que supondría un euro por caja - se provoque que haya que reinsertar muchas más sondas que antes - con el consiguiente sobrecoste en sondas y apósitos más los costes no medidos en sufrimiento del paciente - o queriendo ahorrar varios céntimos en los catéteres para canalización de vías venosas, no se tengan en cuenta los riesgos para la seguridad de los profesionales (se aumentan los riesgos de lesiones por pinchazos accidentales) ni los riesgos para la seguridad de los pacientes (por las recanalizaciones o las flebitis)

Quizá el problema sea que en las comisiones no suele haber aportación técnica de los profesionales de base - a esos que se les llama clínicos - que son los que usan los productos, o quizás aún peor, que empieza a primar más el cortoplacismo de ahorrar unos eurillos en la factura mensual (puede que insignificantes en el total del gasto en fungibles anual) que medir los costes indirectos o los tiempos de enfermería de estas decisiones.

Pero claro, mientras tanto la mayoría de los hospitales siguen funcionando, que es lo que interesa... los responsables de las divisiones clínicas a los suyo.

Como diría Jose Mota con alguna de esas frases icónicas de su programa de humor, "en no comiendo vamos sacando pa´los gastos" que, aunque es una frase de humor, representa a la perfección la filosofía cortoplacista con la que se han gestionado (y se siguen gestionando) las compras en algunos centros sanitarios.

Cosas del vil metal... 



1. Drew, P., Posnett, J., & Rusling, L. (2007). The cost of wound care for a local population in England. International Wound Journal4(2), 149-155. Disponible aqui
2. Soldevilla Agreda, J. J., Torra i Bou, J. E., Posnett, J., Verdú Soriano, J., San Miguel, L., & Mayan Santos, J. M. (2007). Una aproximación al impacto del coste económico del tratamiento de las úlceras por presión en España.Gerokomos18(4), 43-52. Disponible aqui.
3. The True Cost of Wounds and How to reduce it. Disponible aqui.


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2 comentarios:

  1. Muy interesante reflexión, Andoni... sobre todo para un Abuelo Cebolleta como yo. Hace como un par de años me invitaron a dar una charla una asociación, cuyo nombre a mí entonces me sonó a chino (ANECORM), porque desconocía por completo la existencia y labor de las Enfermeras Coordinadoras de Recursos Materiales. Como trato de no ir solo a qie me escuchen sino también a escuchar yo, me enteré de algunas cosas y me quedé con la impresión de que, si no en todos, sí en la mayoría de los hospitales públicos existía esta figura, precisamente encargada de homologar, comparar, asesorar... en lo que tiene que ver con lo que comentas en la entrada, el material que en mi época de celata se llamaba "fungible". A lo mejor elevé anécdotas locales a categoría universal o incluso había cierta autocomplacencia entre enfermeras que hablaban de su rol y no era para tanto en realidad, pero me pareció una idea más que interesante. Bueno, perdón por el rollo pero tu entrada me ha recordado esa experiencia (congreso con muy buen nivel en todos los aspectos, por cierto). Un fuerte abrazo.
    Juan.

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  2. Gracias por el comentario... cierto es que existe ANECORN (incluso estuve apunto de asociarme) y que, en su momento, tuvo un crecimiento enorme (se llegaron a crear Jefaturas de Bloque) pero ha dejado de ser una prioridad, como otras muchas cosas. Y en la actualidad, desde la aparición de las plataformas provinciales (y alguna otra cosa más) el tema de las compras de los fungibles, salvo honrosas excepciones, es como he contado.

    Una pena...

    Gracias por tu comentario. Que sería un blog sin ellos ;))

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